Los presentes no daban crédito y decidieron grabar la escena con el móvil. El caballo de una calesa se desploma contra el suelo desfallecido por el trabajo en la noche del lunes en Sevilla y al intentar levantarse se dio de bruces contra el suelo en la boca, con lo que comienza a sangrar. Su dueño intenta ayudar al animal que está sufriendo pero ante el poco éxito un grupo de transeúntes se suman a la ayuda.
Logrado el objetivo es cuando comienza la indignación. El cochero se sube a los lomos del caballo en actitud triunfal obviando el estado de cansancio del animal y es cuando los presentes le recriminan su actitud: ¿No ves que le estás haciendo daño?
El partido Pacma lleva tiempo denunciado este tipo de ‘maltrato animal‘ que trabajan entre 10 y 12 horas al día durante cinco días a la semana a altas temperaturas. Pero, dicen, el ayuntamiento de Sevilla no regula esta actividad. Piden que se sustituya estos clásicos carruajes por calesas eléctricas.
