Si tienes un perro como mascota, seguro que a diario te sirgen cientos de dudas acerca de su alimentación. Lo primero y más importante es que el pienso debe ser su principal comida, pero esto no significa que de vez en cuando no puedas darle algún alimento «de humanos». Sobre si la sopa es adecuada para los perros, no hay una respuesta universal a esta cuestión.
Darle sopa al perro: ¿Sí o no?
No es una buena idea darle una sopa envasada o enlatada porque seguro que contiene mucha sal, pero no debería haber ningún problema si le das una sopa casera elaborada con ingredientes como la zanahoria o el arroz.
Si quieres prepararle una sopa casera al perro, hay algunas recomendaciones que debes tener en cuenta. Lo primero y más importante es elegir los ingredientes adecuados, como la calabaza, la zanahoria o el calabacín. No añadas cebolla o ajo porque son dos alimentos nocivos para la salud de los canes.
Por supuesto, nada de sal. Aunque los perros pueden tolerar pequeñas cantidades de sal, la ingesta de este ingrediente puede causar intoxicaciones, sobre todo en cachorros. Tampoco debes añadir aceite y, si quieres que la sopa para el perro lleve carne, que sea magra.
Después de cocer la carne y las verduras por separado, pásalo todo por la batidora. Si quieres, puedes añadir fideos, siempre y cuando el perro no sea alérgico al gluten o al trigo. El perro no debe tomar la sopa caliente, así que espera a que se enfríe.
Beneficios
Sobre si la sopa tiene beneficios para los perros, lo cierto es que sí, pero en ningún caso debe ser su principal fuente de alimentación. Es muy conveniente cuando sufren problemas de salud que les impiden masticar correctamente o digerir la comida. Si por ejemplo los canes sufren diarrea, darles sopa es una buena opción mientras se recuperan.
Sopa de pollo y zanahoria
Para preparar esta sopa, solo necesitas dos ingredientes muy simples: 250 gramos de mollejas de pollo y 3 zanahorias medianas.
En primer lugar, lava bien las zanahorias y rállalas.
Pon los ingredientes en una cacerola con agua hirviendo, y cocina a fuego medio durante 15 minutos.
Una vez esté lista puedes servirla sin más cuando esté tibia o, si lo prefieres, procesarla.
Esta preparación la puedes conservar en el frigorífico hasta tres días. Ten cuidado con abusar del tamaño de las porciones: una cuchara sopera es suficiente para el perro.