Hay pocas experiencias en esta vida que se puedan comparar a conducir una moto de gran cilindrada por una espectacular carretera, disfrutando del viento y de las vistas, de la velocidad y de la sensación de libertad que nos ofrece. Son cada vez las personas que apuestan por comprar una gran motocicleta para disfrutar de este tipo de aventuras, haciendo rutas no demasiado largas al principio, para poder disfrutar por completo de los viajes entre un punto y otro. La moto se convierte en un apéndice de nuestro cuerpo, una parte de nosotros mismos. Y no es solo porque sea más o menos cara. Aprendemos a quererla, a cuidarla y a darle todo el mantenimiento necesario para que siempre esté en plena forma cuando vayamos a cogerla. Y para ello hay también que aprender a limpiarla en condiciones.
Muchos se gastan una gran cantidad de dinero en comprar la moto, en preparar una funda para taparla, en elegir la mejor gasolina, los mejores componentes para que luzca perfecta… Pero después de cogerla un par de veces ni siquiera se molestan en limpiarla. Al ser la moto un auténtico animal de carretera, lo habitual es que coja polvo, suciedad, incluso cuando solo la utilizamos de vez en cuando para algún viaje y el resto del tiempo esté bien guardada en un garaje. Es un vehículo y al fin y al cabo se ensucia como cualquier otro. Por eso es tan importante aprender a limpiarla por partes, para no dañarla en el proceso y tenerla siempre perfecta. Nosotros te vamos a dar algunos consejos sobre cómo hacerlo en este artículo que te recomendamos leer si tienes una buena moto en casa y quieres mantenerla como el primer día.
Limpiar frenos de la moto
Lavar la moto es un proceso que debemos llevar a cabo cada cierto tiempo no solo para mantenerla bonita, sino también para conseguir que el funcionamiento de todos sus componentes sea el adecuado. Es mantenimiento puro y duro, al final. Pero es mejor hacerlo por partes, para evitar que unos productos dañen a otros, porque no es lo mismo limpiar la carrocería que los frenos. Para las pinzas y las pastillas de frenos lo mejor es utilizar un buen desengrasante. Los venden en muchas tiendas, e incluso sirven los productos de limpieza habituales tipo KH7. Debemos rociar con ellos esas partes para luego enjuagarlas con abundante agua, sin dejar ni rastro ya del producto, una vez se haya llevado la grasa por delante. Secaremos muy bien, a ser posible con aire a presión, y si no, simplemente con un trapo o bayeta.
Limpiar el aluminio de la moto
Las piezas de aluminio de la moto son también muy importantes y hemos de tener cuidado a la hora de limpiarlas, porque suelen venir ya de por si con una capa protectora de color metalizado que no conviene deshacer. Con los mismos productos que antes, utilizaremos ahora un estropajo para metal, de los que venden en cualquier tienda, para quitar los restos incrustados más complicados y dejar estas piezas perfectas. Hemos de ser cuidadosos porque este tipo de estropajos, si son muy duros, pueden llegar incluso a rallar un poco la capa de encima de la pieza de aluminio. El lavado posterior con agua es inevitable, para que se lleve todo los restos que hayamos podido dejar. Una esponja puede ser útil para este último paso.
Limpiar moto en seco
Hemos de ir limpiando parte por parte la moto, sobre todo aquellas zonas donde la suciedad esté mucho más incrustada. Pero en un momento dado, lo mejor, para no perder tanto tiempo, es lanzarle algunos cubos de agua, o un chorro a presión con la manguera, tapando por ejemplo el tubo de escape para que no entre nada de agua. Esto se hace para quitar el polvo y la suciedad más superficial. Eso sí, igual que mojamos toda la moto, luego debemos secarla muy bien con un paño, trapo o bayeta, que nos sirva para dejarla reluciente. De hecho, hay algunos que para darle un último toque, cuando ya no hay suciedad en el chasis, consiguen un poco de cera y la restriegan sobre el vehículo, como si estuvieran siguiendo las órdenes del mítico señor Miyagi.
Limpiar las llantas de la moto
A cualquier motorista le resultará obvio pensar que la parte más dañada por la suciedad, el polvo y los impactos serán las llantas. No hablamos del neumático en sí, aunque también estaría bien revisarlo, no ya tanto por la suciedad sino por la aparición de pequeñas piedras o chinas que puedan convertirse en un peligro. Nos referimos a las llantas de la moto, que suelen venir en metal o aluminio, y reciben buena parte de la suciedad del asfalto y el entorno. Utilizaremos de nuevo el producto quitagrasas, con una abundante cantidad en este caso, sin quedarnos cortos. El producto realizará su función y luego nosotros pasaremos de nuevo el agua para quitar los restos. Es importante que todo esto lo hagamos con la moto fría, es decir, sin haberla cogido en unas horas y con el contacto quitado. Así resulta mucho más fácil y eficiente.
Limpiar los inyectores de la moto
Los inyectores son una de las partes más importantes dentro del circuito de funcionamiento de la moto, y por ello hay que saber mantenerlos siempre muy bien cuidados, para evitar posibles problemas. De hecho, muchos problemas del motor, sonidos extraños y golpeteos se producen por no mantener bien los inyectores de la moto. Su limpieza es algo distinta a la del resto de componentes, ya que debemos acceder al interior de esos tubos para mantenerlos en perfecto estado. Una de las formas más sencillas es añadir un pequeño aditivo al depósito, para que se mezcle con el combustible y limpie, al pasar, los inyectores de forma automática. También existen unos tubos que se acoplan al sistema para inyectar precisamente ese líquido en los conductos, y así llevar a cabo una limpieza más rápida y eficaz.
