Las lluvias de estos días han podido dejar en calles y carreteras grandes balsas de agua que afecten al tráfico, obligando a los conductores o bien a buscar rutas alternativas o bien a arriesgarse a cruzar estos gigantescos charcos. La primera opción siempre es la más aconsejable de seguir, ya que habría que evitar meter el coche en el agua. El desenlace puede resultar fatal tanto para la mecánica del vehículo como para los pasajeros, dependiendo de lo que se llegue a complicar la situación.
Ahora bien, si no queda otra, se podrá atravesar la balsa, siempre y cuando el agua no esté en movimiento. Si en vez de un charco, nos encontramos ante un cauce de agua que, además, supera en profundidad el eje de nuestro vehículo, habrá que desistir en la idea de cruzarlo. Las posibilidades de que el agua acabe arrastrando nuestro vehículo, en este caso, son elevadas.
Hechos estos apuntes iniciales, volvemos al escenario en el que, durante cualquier trayecto, nos encontramos una balsa de agua en medio de la carretera. Para cruzarla, aunque nuestro instinto nos diga que aceleremos y pasemos a toda velocidad, habrá que reducir la velocidad y tratar de pasar de lado a lado muy despacio.
Despacio y con el motor revolucionado
La razón es evitar generar grandes movimientos en la masa de agua para que no entre ni una gota en partes de la mecánica del coche como la admisión del motor. Esto podría provocar una avería bastante grave.
Así pues, con la velocidad reducida y la primera marcha metida (lo mejor es que el motor este en las 2.500 revoluciones), comenzaremos a pasar lentamente. Es aconsejable que el motor trabaje a altas revoluciones para que la presión a la que salen los gases por el tubo de escape impida que entre el agua.
Y, como último consejo y en línea con esta última afirmación, es muy importante no apagar el coche y evitar por todos los medios posibles que se cale el motor. Si este deja de funcionar, no habrá gases que frenen la entrada de agua por el escape y esta acabaría entrando por el tubo, impidiendo volver a arrancar el vehículo.
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