John Lucas, exjugador de la NBA y ahora asistente de los Rockets, asegura que el 40%de los jugadores de la Liga estadounidense sufren alguna enfermedad mental pero que sólo el 5% de ellos pide ayuda. Muchos temen que les tachen de blandos, de locos, perder minutos o incluso sus contratos.
Esa clase de trastorno es más frecuente de lo que el envoltorio hace creer. Son jóvenes, millonarios, ídolos de masas... Su vida parece envidiable, pero por dentro puede que no lo sea. Como dijo Álex Abrines, al que el año pasado le atrapó una depresión, "da igual si eres Bill Gates o estás en paro. Le pueden pasar a cualquiera".Consciente de ello, la NBA tomará medidas para cuidar de la salud mental de los jugadores, algo que el sindicato ya venía pidiendo.
A partir de la próxima temporada, todos los equipos deberán tener al menos un profesional de la salud mental y un psiquiatra, ambos con sus respectivas licencias.Además, todas las franquicias deberán contar con un plan escrito en caso de que surjan emergencias mentales. Todo esto terminará de pulirse en una reunión sobre salud y bienestar que se celebrará el 12 de septiembre en Chicago.
Uno de los puntos candentes será el de la confidencialidad. Es una petición de la Asociación de Jugadores que topa con el deseo de los propietarios de las franquicias, que quieren conocer los problemas mentales de los jugadores, a los que pagan millones de dólares. La última vez que se discutió el asunto, la NBAse puso del lado de los jugadores, cuya confidencialidad desea garantizar.
En los últimos años, han sido varios los jugadores que han reconocido sus problemas mentales. Kevin Love confesó haber sufrido ataques de ansiedad y depresión, Paul Pierce estaba paranoico desde que en 2000 recibiese 11 puñaladas en una discoteca,Chris Bosh admitió haberse desmoronado por la presión tras fichar por los Heat... Ahora tendrán ayuda dentro del vestuario.