La naturaleza española se ha convertido en uno de sus principales atractivos turísticos
Más allá del enorme patrimonio cultural, histórico y artístico, España puede presumir de contar con una de las naturalezas más espectaculares y variadas del Viejo Continente. Alta montaña, planicies, densos bosques, entornos lunares, desiertos y territorios costeros se dan cita a lo largo y ancho del territorio español y se establecen como uno de los principales atractivos turísticos del país.
Civitatis ha preparado un listado en el que recoge cuáles son los parques naturales más bonitos de España.
Cabo de Creus (Cataluña)
El Parque Natural del Cabo de Creus se halla en el punto más al nordeste de la Península Ibérica. Este espacio protegido de casi catorce hectáreas alberga ocho municipios, magníficas calas de la Costa Brava y, por supuesto, bosques y prados que dejan sin palabra a los visitantes.
Lagunas de Ruidera (Castilla-La Mancha)
A lo largo del valle del Guadiana Viejo se encuentran las Lagunas de Ruidera, dieciséis remansos fluviales rodeados de un paraje kárstico sin parangón.
Además, en este entorno idílico de Albacete y Ciudad Real se ubica la cueva de Montesinos, una cavidad de casi veinte metros de profundidad excavada en calizas magnesianas de color rojizo que aparece en la novela Don Quijote de la Mancha.
Bardenas Reales (Navarra y Aragón)
La Reserva de la Biosfera de las Bardenas Reales está conformada por un paraje semidesértico situado en Navarra y parte de Aragón, en el que sorprenden sus formaciones imposibles de arcillas, yesos y areniscas. Entre los lugares que componen el paisaje, destacan la Bardena Blanca, Castildetierra y los Blanquizales de Pisquera.
Hoces del Río Duratón (Castilla y León)
Uno de los parques naturales más bonitos de España es, sin duda, el de las Hoces del Río Duratón.
Este entramado de meandros, cañones y bosques de sabinas y enebros alberga la mayor colonia de buitres leonados de Europa, además de halcones, alimoches y águilas reales.
Las Salinas de Santa Pola (Comunidad Valenciana)
El Parque Natural de las Salinas de Santa Pola es un claro ejemplo de la simbiosis entre la naturaleza y el ser humano. Este espacio se creó por la actividad de la industria salinera de la zona, y hoy se ha convertido en uno de los humedales más fascinantes de la Comunidad Valenciana. Allí, es muy fácil ver ejemplares de flamenco común, charrancitos, cercetas o gaviotas.
Corona Forestal (Islas Canarias)
Situado en el interior de la isla de Tenerife, el Parque Natural de la Corona Forestal es un espacio campestre protegido repleto de pino canario, bosques de laurisilva y plantas de bequeje.
En sus más de 46.000 hectáreas no será difícil ver algún pinzón azul del Teide, además de deleitarse con sus enigmáticos terrenos lunares.
Urbasa-Andía (Navarra)
Los bosques encantados de Navarra tienen nombre, y se llaman Urbasa-Andía. Estas dos sierras se unen a través de pastos y densos bosques de hayas para crear un entorno bucólico que os dejará boquiabiertos. Todo aquel que esté por la zona debe aprovechar para contemplar el Nacedero del río Urederra, donde espera una laguna de aguas turquesas única.
Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias (Asturias)
Si por algo destaca Asturias es por tener espacios verdes sublimes y, el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias no es una excepción.
En su interior se erige uno de los bosques de robles mejor conservados de Europa, donde habitan especies como el zorro, el gato montés, la liebre o el rebeco.
Despeñaperros (Andalucía)
Limítrofe con Sierra Morena se descubre uno de los parques naturales más bonitos de España: Despeñaperros. Al estar en los límites de la meseta, fue conocido hace siglos como el último confín de España. Esta área silvestre de Jaén está atravesada por un desfiladero con desniveles de hasta quinientos metros, donde se esconden ciervos y jabalíes entre otros animales.
Las Médulas (Castilla y León)
Las Médulas, en la comarca de El Bierzo, es uno de los parques naturales más bonitos de España.
Esta explotación minera de oro romana es un mágico territorio rojizo cubierto por castaños y robles y, debido a su importancia en la historia (abasteció de oro al Imperio Romano durante siglos), es también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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