Los gatos son animales muy especiales en diferentes sentidos, y son conocidos por su independencia y preferencia por los entornos calmados que le permitan dormir la mayor parte del día, para después jugar un rato, vigilar a su dueño y repetir.
Si bien es cierto que estas mascotas adoran recibir cariño, cuando ellas mismas lo buscan, son muy diferentes de un perro, que por ejemplo, disfruta las caricias casi en cualquier parte del cuerpo.
Con los gatos hay que ser más específicos. Hoy te diremos las partes del cuerpo felino que no debes acariciar por ningún motivo y cómo acercarte de mejor manera para darle mimos.
Las partes más sensibles deben quedar descartadas, es decir, la barriga, las patas, la cola y las almohadillas, no importa que se encuentre en tu regazo, que esté ronroneando o que se esté restregando contra ti.
Es muy probable que tocar cualquiera de estas zonas, incluso en las condiciones más favorables, te haga acreedor a una respuesta negativa e incluso agresiva por parte del felino.
Si quieres acariciar a tu mascota, debes empezar por la cabeza y al momento de aproximarte lo mejor es hablarle suavemente para tranquilizarlo; después pasa poco a poco a la espalda hasta que cubras todo el lomo.
En caso de que no le esté gustando, lo sabrás de inmediato, ya que su postura corporal se verá tensa, erizará la cola y comenzará a hacer movimientos rápidos con ella, esta es una clara señal de estrés y de que debes detenerte.
