Si a tu gato se le cae el pelo más de lo normal, debes saber que la alopecia felina es un trastorno relativamente común. Las causas pueden ser tanto físicas como psicológicas. Ahora bien, no se debe confundir con la muda del pelo de los gatos,un proceso que se da en primavera y verano. Si la muda no es la causa de que al gato se le caiga el pelo, lo mejor es acudir al veterinario para que le haga un chequeo.
Déficit nutricional
Del mismo modo que ocurre en humanos, una mala alimentación puede provocar diferentes problemas de salud en los gatos, y también en el estado de su pelaje. Los mininos tienen que seguir una dieta rica en proteínas de alta calidad. Además de la caída del pelo, el déficit nutricional puede causar que el pelo esté áspero y apagado.
Estrés
El estrés es una de las causas de la caída del pelo en gatos más comunes, y también más difíciles de detectar. Los mininos son animales de costumbres, y el más mínimo cambio en su rutina puede hacer que sus niveles de estrés se disparen: una mudanza, la llegada de un bebé al hogar…
Más allá de la pérdida de pelo, hay otros signos que pueden indicar que el gato está estresado: muestra comportamientos agresivos de forma repentina, come menos, marca con la orina o las uñas más de lo habitual, realiza sus necesidades fuera del arenero…
Parásitos
Otra de las posibles causas que explica por qué al gato se le cae el pelo es la presencia de parásitos, como pulgas o garrapatas. Es relativamente fácil de detectar porque el animal se rascará y lamerá mucho, con verdadera desesperación. A veces, incluso puede arrancarse mechones a mordiscos.
Infección cutánea
Y, por último, es posible que el animal sufra una infección cutánea que le debilite los folículos pilosos. La más común de todas es la dermatofitosis felina, más conocida popularmente como tiña.
Los síntomas son los siguientes: aparición de heridas y descamación de la piel,rascado constante, olor desagradable, uñas partidas o rotas…
Como puedes comprobar, las causas por las que al gato se le cae el pelo pueden ser muy amplias. Lo mejor es que, ante la más mínima señal de alerta, lleves al animal al veterinario.
